Dibujos en Tinta

CUANDO LA ROPA BLANCA SE VUELVE NEGRA...

     Bueno... Todo aquél que haya trabajado con un frasquito de tinta china podrá dar fe del título de éste post... Sin embargo, hay pocos placeres que superen la vista de una página terminada a tinta (me refiero a placeres artísticos... ¿No...?).

     Y tampoco es cuestión de darle la exclusividad de los manchones a la tinta china... Cualquier marcador, fibrón o estilógrafo tiene sus antecendentes manchando ropa, y no solo la ropa blanca...

     Dejando las cuestiones tintoreras de lado, acá está es lo maravilloso de trabajar con tinta: las herramientas son infinitas. Desde los clásicos plumines (¿Alguno de ustedes sabe lo que es un plumín...?) hasta los más clásicos pinceles, podemos encontrar marcadores, fibras y estilográfos de todos los colores y tamaños. En la facultad, incluso, me hacían pintar con un ramita levantada de cualquier calle...

     Y aún tengo estilógrafos de punta 0.1, que son un verdadero incordio cuando se tapan.

     ¿Y qué decir del plumín, cuando las puntas del mismo se abren...? Era momento de jubilarlo y comprar otro, pero siempre los descartaba con lástima...

     En las carreras de Diseño Gráfico se veían mangos con plumas de acero intercambiables, y esas plumas sí que eran para todos los gustos y tamaños. Y, entre otras rarezas, recuerdo que Juan Zanotto nos había comentado que llegó a usar un pincel que tenía un cartucho de tinta incorporado en el mango... De ese modo, no estaba sumergiendo a cada rato la punta en un tintero...

     Tanto él como Quique Alcatena eran enciclopedias con respecto a los pinceles y a las tintas, y nos enseñaron un montón sobre éste tema. Después está en cada uno elegir la herramienta que más le guste, pero los pinceles siempre me han dado un placer especial...

     No sé si es porque tengo alma de artesano o qué... Pero sumergir un pincel en un tintero y deslizarlo por una hoja es un proceso muy reconfortante... Y, en mi caso, empuñar un pincel no me afecta tanto la mano como sí lo hace un marcador, un estilógrafo o, incluso, un mouse.

     Los invito a que vean algunos de mis trabajos en tinta. Por el momento, los tengo bastante orientados en personajes de creación propia, pero ya llegarán otras obras más adelante.


     No sé si les ha pasado a ustedes, pero a mí me ha costado adaptarme a las tecnologías gráficas... Y eso sin contar el costo de las mismas, que siempre han estado un paso más allá de mi bolsillo...

     Las tabletas y los lápices ópticos son herramientas maravillosas: simplifican el trabajo y optimizan los tiempos. Y eso, en un mundo tan competitivo como el que tenemos hoy, es vital. Pero, en mi muy humilde opinión, siento que despersonaliza el proceso artesanal propio de las artes gráficas.

     A veces, mirando el vaso medio vacío, se me hace que el dibujo va a terminar por perder esa chispa de manualidad que siempre lo ha caracterizado... Sería una lástima que ocurra algo así...

     Pero, mirando el vaso medio lleno, el avance de la tecnología aún no ha desplazado a los diarios, a los libros ni a las historietas. Por el contrario, creo que se han complementado y siempre para bien. Y eso me permite ser optimista para el futuro...

     ¡Gracias por tu visita! Y no olvides dejar un comentario, me ayudarías muchísimo ^_^

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